¿Alguna vez te has preguntado por qué el médico insiste tanto en hacerte exámenes de rutina? La respuesta está en esas pequeñas anomalías que aparecen antes de que se conviertan en algo serio: las lesiones precancerosas. No son cáncer, pero pueden convertirse en él si no les prestamos atención.
Una lesión precancerosa es un tejido anormal que muestra cambios celulares que podrían evolucionar a cáncer. Aparecen en diferentes partes del cuerpo: piel, cuello uterino, colon, mama y hasta la boca. Lo importante es reconocer que son una señal de alerta, no una sentencia definitiva.
En la práctica médica, se clasifican según el órgano y el grado de alteración celular. Por ejemplo, en la piel hablamos de queratosis actínica; en el cuello uterino, de displasia cervical. Cada una tiene su propio patrón, pero comparten un punto en común: pueden revertirse si se tratan a tiempo.
Los síntomas suelen ser sutiles o incluso inexistentes. A veces notas cambios de color, una zona rugosa o una pequeña úlcera que no cicatriza. En la boca, puede ser una mancha blanca (leucoplasia) o roja persistente.
La mejor arma es la detección temprana. Exámenes como la citología cervical (Pap), colonoscopias, dermatoscopías y biopsias de piel son esenciales. No esperes a que el síntoma empeore; agenda tus chequeos regulares.
Si tienes antecedentes familiares de cáncer o factores de riesgo como tabaquismo, exposición solar prolongada o infecciones crónicas (HPV, hepatitis), ponle más atención a esas revisiones. Un simple test puede marcar la diferencia entre tratar una lesión y enfrentar un cáncer avanzado.
Cuando el médico detecta una lesión precancerosa, suele proponer una de tres rutas: vigilancia activa, tratamiento local o extirpación quirúrgica. La vigilancia implica repetir exámenes cada pocos meses para asegurarse de que no haya progresión. Los tratamientos locales pueden ser crioterapia (congelar), láser o aplicación de medicamentos tópicos que destruyen las células anormales.
En casos más avanzados, la cirugía puede ser necesaria para remover el tejido afectado y evitar que se disemine. Afortunadamente, la tasa de curación es alta cuando se actúa pronto.
Además de los procedimientos médicos, hay hábitos que reducen el riesgo: usar protector solar a diario, dejar de fumar, mantener una dieta rica en frutas y verduras, y vacunarse contra el HPV. Estos pequeños cambios ayudan a que las células permanezcan sanas y disminuyen la probabilidad de que aparezca alguna lesión.
En resumen, una lesión precancerosa es una oportunidad para intervenir antes de que sea demasiado tarde. No subestimes los exámenes rutinarios; son tu mejor defensa. Si notas algo extraño en tu cuerpo, consulta al especialista sin dudarlo. La prevención está en tus manos y la detección temprana es la clave para mantenerte saludable.
Cecilia Bolocco, ex reina de belleza, anunció su ausencia en la Teletón 2024 debido a un procedimiento médico por unas manchas preocupantes en su piel. A través de Instagram, explicó que el tratamiento dejó lesiones que requieren cuidados especiales. El doctor Sebastián Ugarte sugirió que su condición podría vincularse a lesiones precancerosas, destacando la importancia de biopsias ante manchas sospechosas, especialmente tras exposición solar. Esta situación ha llevado a Bolocco a priorizar su salud.