
La jugada que lo cambió todo: la expulsión de Enzo Fernández
Si el fútbol sudamericano es famoso por algo, es por partidos intensos y jugadas que encienden la polémica. Esta vez, todo el ruido llegó en Barranquilla, en el cruce caliente entre Argentina vs Colombia por la clasificación al Mundial 2026. No fue un gol, ni una atajada, sino la imagen de Enzo Fernández, volante de la albiceleste, que terminó siendo protagonista por motivos equivocados.
Corría el minuto 70 cuando el partido se tiñó de tensión. Un balón dividido, un bote irregular y Fernández, en su intento de controlar, terminó levantando la pierna más de lo debido. La bota del argentino impactó de lleno en la frente de Kevin Castaño, mediocampista cafetero. No fue un roce: Castaño cayó de inmediato, la sangre comenzó a fluir y el estadio explotó en indignación. Fernández miraba incrédulo pero enseguida comprendió que lo suyo había pasado el límite. El árbitro paraguayo Juan Gabriel Benítez no necesitó dudar: roja directa.
La explicación era clara: por más que no buscara lastimar, el reglamento es firme con esas jugadas. Botín al rostro, sin posibilidad de disputar el balón de forma segura, velocidad de impacto… y así, Fernández se fue directo a los vestuarios, dejando a su equipo con uno menos en el momento más caliente.
Castaño, visiblemente aturdido y sangrando, recibió atención médica sobre el césped. El susto era evidente. Los propios compañeros colombianos reclamaban con vehemencia una sanción ejemplar. Para evitar riesgos, el cuerpo técnico de Colombia decidió sustituir a Castaño y dar entrada a Jorge Carrascal, lo que alteró los equilibrios del centro del campo y dejó un nudo en el estómago de todos los presentes.

Tensión tras el gol de Colombia y reacción argentina
La jugada llegó además en el peor momento para Argentina. Apenas minutos antes, Luis Díaz había encendido a los hinchas con un golazo individual que ponía a Colombia por delante. El ambiente era eléctrico: Colombia saboreaba una posible victoria de prestigio, Argentina sentía la presión, y Fernández, en un gesto de frustración posiblemente, acabó manchando su partido.
Sin Lionel Messi en el campo por lesión, el peso del plantel argentino recayó en sus jóvenes figuras. Sorprendió ver la reacción de la albiceleste con un hombre menos. A los 81 minutos, Thiago Almada sacó petróleo: un disparo lejano, efectivo y directo al ángulo, igualando un duelo que parecía perdido. Fue un bálsamo para los de Scaloni, que supieron aguantar el empuje colombiano hasta el pitido final.
La expulsión de Fernández no solo dejó su huella en este partido, sino que pone a Argentina en aprietos para la próxima ventana de eliminatorias en septiembre. La sanción parece inevitable y estará ausente en al menos un duelo crucial, una baja sensible para el técnico. La polémica sigue: ¿fue imprudencia, mala suerte, o pura presión del partido? El debate está servido y, con él, la discusión sobre cómo mantener la vehemencia sin sobrepasar la línea.
El empate, finalmente, deja a ambos equipos con sabor a poco, pero la imagen de la patada de Fernández a la cabeza de Castaño será, seguro, la más recordada de la noche. Un partido de alto voltaje que suma un capítulo más a la historia de las eliminatorias sudamericanas.