Alberto Mayol alerta sobre la crisis institucional y la confusión de la derecha en las elecciones de noviembre en Chile

Alberto Mayol alerta sobre la crisis institucional y la confusión de la derecha en las elecciones de noviembre en Chile

Alberto Mayol, sociólogo y exprecandidato presidencial del Alberto Mayol, no solo observa las elecciones de noviembre en Chile desde la tribuna académica: las vive como un diagnóstico de lo que el país se juega. A sus 49 años, este analista de la Universidad de Santiago de Chile —figura clave desde las movilizaciones de 2011— ha visto cómo las promesas de transformación se desgastan, cómo las izquierdas se desgarran y cómo la derecha se vuelve más radical, pero menos clara. La elección del 16 de noviembre de 2025 no es solo una votación: es un punto de quiebre. Y Mayol lo dice con la frialdad de quien ha visto caer gobiernos y nacer coaliciones que luego se desmoronan.

La crisis que no se resuelve

Desde 2011, Chile vive una crisis institucional que no ha encontrado su fin. Las protestas, la constituyente, el rechazo de la propuesta de nueva Carta Magna: todo ha sido parte de un mismo proceso de desconfianza. Y Mayol lo resume con una frase que se queda: "Es tan importante esta elección, pues vamos a ver si se sigue profundizando la crisis". No habla de economía, ni de inflación —aunque están ahí—, sino de la pérdida de legitimidad. La gente ya no cree en las instituciones. Ni en el Congreso. Ni en los partidos. Ni, cada vez más, en los líderes que prometen cambio pero terminan administrando lo mismo.

El Frente Amplio, que nació el 21 de enero de 2017 como coalición de izquierda con la ambición de romper el bipartidismo, se convirtió en partido político el 19 de abril de 2024, tras fusionar a Convergencia Social y Revolución Democrática. Pero su entrada al gobierno con Gabriel Boric el 11 de marzo de 2022 —con ocho ministros en el gabinete, como Giorgio Jackson y Antonia Orellana— no significó poder, sino adaptación. Y la adaptación, en este caso, fue hacia el centro. Mucho más de lo que muchos de sus votantes esperaban.

La derecha en descomposición

"Kast está más cerca de Pinochet que Jara de Allende", lanzó Mayol en una entrevista reciente. No es una metáfora casual. Es una advertencia. La derecha chilena, según él, no tiene proyecto. Tiene reacciones. La fracción radical —la que grita contra los acuerdos, que niega el diálogo, que ve cualquier negociación como traición— está tratando de devorar a la derecha tradicional. Y la tradicional, sin rumbo, no sabe cómo responder. "Ninguna de las dos tiene un proyecto que las inspire", dice. No hay visión de país, solo miedo. Miedo al cambio, miedo a perder privilegios, miedo a que el otro gane. Y eso no construye, solo destruye.

Es una dinámica que no es solo chilena. Es global. En Brasil, en Estados Unidos, en Francia: las derechas radicales están ganando espacio al deslegitimar el sistema, no por propuestas, sino por negación. En Chile, eso se traduce en un discurso que no propone reformas, sino revanchas. Y Mayol lo sabe: cuando no hay ideas, se vuelve todo emocional. Y en política, lo emocional gana cuando lo racional se desmorona.

La izquierda perdida en su propia sombra

Jeannette Jara, exministra y precandidata del Frente Amplio, presentó en las primarias un modelo basado en la demanda interna, en el fortalecimiento del consumo popular, en el Estado como motor. Hoy, eso parece lejano. "Lo que presentó en primarias, ya no va", dice Mayol. Y no es un reproche, es un diagnóstico. El gobierno de Boric dejó deudas: de confianza, de expectativas, de credibilidad. Jara, como cualquier candidato de izquierda, ahora debe responder: ¿qué es lo que realmente defiendes? ¿Qué es el corazón de tu proyecto? No basta con decir "no al neoliberalismo". Hay que decir: ¿qué reemplazas? ¿Cómo se financia? ¿Quién gana y quién pierde?"

Mayol lo dice con claridad: "Eso vale para todos: Kast y Jara tienen que demostrar qué es lo que tienen, porque después, en segunda vuelta, se puede perder o ganar por detalles muy de coyuntura". No hay espacio para vaguedades. En una elección polarizada, el voto de protesta no basta. Hay que convencer. Y convencer requiere claridad, no retórica.

La sombra de Cosa Nostra

En 2020, Mayol creó la Encuesta Cosa Nostra, una herramienta que prometía romper con los sondeos tradicionales. Y lo hizo... pero con resultados que desafiaron la realidad. Predijo un triple empate técnico en la oposición que nunca existió. La polémica fue inmediata. Muchos la tildaron de engaño. Otros, de un intento desesperado por ser relevantes. Pero Mayol no se disculpa. "Las encuestas no miden el voto, miden la percepción en un momento dado. Y la percepción cambia como el viento". Hoy, su análisis no depende de números, sino de patrones. De historias. De cómo la gente habla en las calles, en las redes, en los cafés de Santiago. Y ahí, lo que ve es una sociedad agotada, desilusionada, pero aún dispuesta a votar. Porque no hay otra salida.

¿Qué viene después del 16 de noviembre?

Si gana Kast, Chile entrará en una etapa de reconfiguración conservadora: más represión, menos derechos, menos diálogo. Si gana Jara, será una izquierda debilitada, sin base popular clara, obligada a gobernar con la misma lógica que criticó. Y si gana un candidato de centro, como podría ocurrir, será una victoria vacía: el voto de rechazo, no de convicción.

Mayol no cree en milagros. Ni en salvadores. Cree en procesos. Y este proceso, dice, ha estado en marcha desde 2011. Lo que se decide en noviembre no será el final. Pero sí un punto de inflexión. O el inicio de una nueva década de frustraciones.

Frequently Asked Questions

¿Por qué Alberto Mayol dice que Kast está más cerca de Pinochet que Jara de Allende?

Mayol no se refiere a similitudes personales, sino a estructuras de poder. Kast representa una continuidad del modelo autoritario y anti-democrático heredado de la dictadura: rechazo al diálogo, negación de derechos sociales, y una visión del Estado como enemigo. Jara, por su parte, aunque en desacuerdo con Boric, mantiene un discurso de inclusión y justicia social, aún si está en crisis. La comparación es sobre ideología, no biografía.

¿Qué pasó con el Frente Amplio después de entrar al gobierno de Boric?

Tras integrarse al gobierno en marzo de 2022, el Frente Amplio perdió gran parte de su identidad radical. Sus líderes ocuparon carteras clave, pero adoptaron políticas centristas: contención fiscal, acuerdos con la derecha y renuncias a reformas profundas. Esto generó descontento en su base, que vio cómo promesas de transformación se diluían en la administración. En 2024, la fusión con Convergencia Social y Revolución Democrática fue un intento de reorganizarse, pero no de recuperar su esencia original.

¿Por qué la Encuesta Cosa Nostra generó tanta controversia?

En 2020, Cosa Nostra predijo un triple empate técnico entre candidatos de la oposición, cuando los resultados reales mostraban una clara ventaja de Boric. La encuesta usaba métodos no convencionales y una muestra sesgada hacia sectores urbanos críticos. Aunque su intención era desafiar los sondeos tradicionales, su error fue tan grande que muchos la consideraron un fraude. Mayol reconoce que su método falló, pero insiste en que la política chilena ya no se mide con encuestas, sino con emociones.

¿Qué significa que la derecha esté "comiéndose a sí misma"?

Mayol señala que la derecha tradicional, que antes se basaba en estabilidad y orden, ahora es superada por una versión más extrema que rechaza cualquier compromiso. Esta nueva derecha —más agresiva, más populista— no busca gobernar, sino desmantelar. Y al hacerlo, arrastra consigo a los sectores moderados que no tienen propuestas alternativas. Es como si el partido se dividiera entre quienes quieren conservar y quienes quieren destruir, sin que nadie proponga un futuro.

¿Tiene sentido votar en medio de tanta desilusión?

Mayol dice que sí. Porque no votar es entregar el futuro a quienes sí votan. En Chile, la abstención históricamente ha beneficiado a las élites. Si la gente que se siente traicionada no vota, los extremos ganan. La clave no es creer en los candidatos, sino en la posibilidad de cambiar las reglas. Votar no es una solución, pero es el único instrumento que queda para intentar reescribirlas.

¿Qué debe hacer Jeannette Jara para recuperar credibilidad?

Según Mayol, Jara debe dejar de hablar de lo que prometió en 2021 y empezar a responder a lo que dejó Boric: deuda externa, inflación, desconfianza. Debe definir qué es lo que realmente defiende: ¿un Estado más fuerte? ¿Una economía social de mercado? ¿Una reforma tributaria radical? Sin una doctrina clara, cualquier propuesta suena a improvisación. Y en una segunda vuelta, eso se paga con votos.