Hubert Hurkacz conquista Estoril y rompe la sequía polaca en tierra batida

Hubert Hurkacz conquista Estoril y rompe la sequía polaca en tierra batida

La proeza de Hubert Hurkacz en la tierra de Estoril

Decir que Hubert Hurkacz conquistó el Estoril Open podría quedarse corto. El polaco rompió una sequía de más de cuatro décadas para su país sobre la tierra batida, algo que no lograba ningún tenista masculino polaco desde Wojciech Stuchlik en 1981. Algunos suelen pensar que la arcilla es territorio reservado para los especialistas, pero Hurkacz demostró lo contrario ante Pedro Martínez con un sólido 6-3, 6-4 en la final.

En un torneo conocido por enredar a los que vienen del cemento, Hurkacz mostró una frialdad inusual. Su servicio, uno de los mejores del circuito, fue su principal aliado, pero no fue lo único que lo diferenció. Neutralizó el juego agresivo de Pedro Martínez con bolas profundas y un plan táctico sencillo: minimizar errores y mover al rival. Fue precisamente esa capacidad de adaptación lo que acabó decantando la final desde el primer set.

El camino hacia el trofeo no fue fácil. Aunque los detalles de la semifinal del polaco apenas han trascendido en los reportes oficiales, sí se sabe que en cada partido debía cambiar el chip y superar condiciones de pista variables y rivales duros desde la línea de fondo. De ahí la importancia de este título, el octavo de su carrera, pero el primero sobre clay. Da igual cuántos recursos traigas del hard, aquí cada punto y cada resbalón cuenta el doble.

Estrellas en transición y despedidas en el cuadro

Estrellas en transición y despedidas en el cuadro

La edición 2024 del Estoril Open tuvo más señales de cambio. El defensor del título y favorito, Casper Ruud, se marchó antes de tiempo, eliminado en semifinales precisamente por Pedro Martínez. Esto puso de relieve el buen momento del español, que venía firmando una semana redonda hasta cruzarse con Hurkacz. Martínez se convierte así en uno de los nombres a vigilar durante la gira de polvo de ladrillo.

Mientras tanto, el torneo sirvió también de escenario de despedida para João Sousa, ídolo local y máximo referente del tenis portugués en la última década. Caiendo en primera ronda ante Arthur Fils, Sousa se despidió del profesionalismo arropado por su público, cerrando otra era en el cuadro principal de Estoril.

Volviendo al protagonista, Hurkacz firmó algo más que un simple título. Hasta ahora, se le había etiquetado como un jugador más cómodo en superficies rápidas, pero en Estoril se le vio con recursos renovados para competir lejos del cemento. Esa es la gran historia: un polaco que se atreve por fin a soñar en clay, dejando atrás los fantasmas del pasado y lanzando un aviso de cara a los grandes retos que trae la temporada europea sobre arcilla.